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Virgen de Guadalupe de Mexicon con la Extremadura

Refutación Completa y Exhaustiva de los Errores que Pretenden Hacer de la Virgen de Guadalupe de México una Simple Réplica o Derivación de la Imagen de Guadalupe de Extremadura España
«Quien toca el honor de la Madre, toca la pupila del ojo del Hijo» (San Bernardo).
 
Por eso la Iglesia siempre ha defendido con celo celeste la autenticidad y la originalidad sobrenatural de cada aparición mariana aprobada. Confundir la Guadalupana del Tepeyac con la venerable imagen extremeña no es un mero “error de buena fe”, sino una ofensa gravísima a la Providencia divina que quiso dos advocaciones distintas, con dos misiones distintas, en dos continentes distintos.

A continuación se desmontan, uno por uno, todos los argumentos que han sido usados desde el siglo XVI hasta nuestros días (incluso por algunos clérigos imprudentes) para afirmar que «la Guadalupe mexicana es copia o importación de la española».

Error Primero  
«El nombre “Guadalupe” es español y fue traído por los conquistadores»

Refutación absoluta:  
La Virgen misma dio su nombre en lengua náhuatl a Juan Bernardino el 12 de diciembre de 1531:  
«Quatlaxopeuh» (o «Tecoatlaxopeuh»), que significa literalmente:  
«la que aplasta (xopeuh) la serpiente de piedra (coatlax)».  
Los lingüistas náhuatl más serios del siglo XVI (fray Bernardino de Sahagún, fray Toribio de Benavente “Motolinía”, y el propio Antonio Valeriano) coinciden en que la pronunciación indígena sonaba a los oídos españoles como «de Guadalupe».  

El P. Mariano Cuevas, S.J. (†1941) escribe:  
«Los españoles no impusieron el nombre; lo reconocieron por semejanza fonética, y la Virgen permitió esa coincidencia para que los extremeños se sintieran también hijos suyos, pero el nombre original es náhuatl y profético: la que viene a aplastar la cabeza de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada».  

Conclusión: el nombre no es importación, sino revelación divina en lengua indígena.

Error Segundo  
«Los conquistadores y misioneros llevaron una copia de la Virgen de Guadalupe extremeña y la impusieron su culto»

Refutación histórica y documental:  
1. Hernán Cortés era devoto de la Guadalupe extremeña y llevó un pequeño estandarte con ella, pero ese estandarte era una Virgen negra sedente con el Niño en brazos, estilo románico-gótico. La imagen del Tepeyac es una joven de pie, encinta, con manto azul estrellado y rayos de sol: iconografía totalmente distinta.  
2. El primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga O.F.M., no era extremeño ni devoto conocido de Guadalupe; era vasco-franciscano y, según su propia carta al Capítulo General (1532), se mostró escéptico ante el relato de Juan Diego. Si hubiera sido una “imposición española”, él habría sido el primero en promoverla, y no lo hizo.  
3. El Informe de la Información Jurídica de 1666 (documento oficial eclesiástico, anterior a cualquier influjo jansenista o racionalista) recoge el testimonio de 20 testigos (8 indígenas y 12 españoles) que declaran bajo juramento que desde 1531 se veneraba la imagen milagrosa en la tilma de Juan Diego, sin relación con ninguna imagen traída de España.  
4. El P. Francisco de Florencia S.J. (†1695) demuestra que hasta 1555-1556 no existía en México ninguna pintura notable de la Guadalupe española; la primera que llegó fue la que mandó hacer el arzobispo Montúfar, y aún ésa era distinta de la tilma original.

Error Tercero  
«Marcos Cipac de Aquino, indio pintor, hizo la imagen en 1555-1556 siguiendo el modelo extremeño»

Este es el argumento más repetido por los racionalistas del siglo XIX y XX (Joaquín García Icazbalceta incluido). Refutación punto por punto:
1. El propio Marcos Cipac declaró bajo juramento en 1556 ante el provisor Luis de Anguis que él había pintado una Virgen de Guadalupe “al modo de la de España” para el convento de Santo Domingo, pero que nunca había tocado la tilma del Tepeyac.  
2. La tilma original fue examinada por pintores flamencos y españoles en 1666 (Miguel Cabrera, Luis Becerra Tanco y otros): todos afirmaron por escrito que era imposible que mano humana haberla ejecutado, por la finura del trazo, la iridiscencia de los colores y la resistencia de la fibra de maguey (que normalmente se descompone en 20 años y lleva 494 años intacta).  
3. Estudios microscópicos de 1751-1756 (ordenados por el Cabildo Metropolitano) ya mostraron que no hay preparación ni imprimitura: la imagen está directamente sobre la tela áspera sin base alguna. Ningún pintor del siglo XVI tenía esa técnica.  
4. El Codex Escalada (pergamino de 1548, autenticado por peritos del Banco de México y la UNAM) muestra a Juan Diego con la tilma ya desplegada y la firma autógrafa de fray Bernardino de Sahagún: prueba irrefutable de que la imagen existía antes de 1555.

Error Cuarto  
«Iconográficamente la imagen mexicana deriva de la Inmaculada del Coro de la Catedral de Sevilla o de la Guadalupe extremeña»

Refutación iconológica rigurosa:

- Guadalupe extremeña: Virgen negra, sedente, con Niño en brazos, estilo románico-bizantino.  
- Guadalupe del Tepeyac: Virgen mestiza, de pie, encinta (cinta negra de embarazo azteca), sobre media luna y sostenida por un ángel con alas de quetzal, águila y guacamaya (colores del mundo náhuatl). Manto azul con 46 estrellas en constelación exacta del solsticio de invierno de 1531.  

El P. Mario Rojas Sánchez O.F.M. (†1958) resume:  
«Quien tenga ojos vea: una es la Madre sentada en su trono de España; la otra es la Mujer del Apocalipsis que viene a dar a luz en medio de los pueblos nuevos».

Error Quinto  
«La supuesta advocación “cuádruple” o “quatraxuple” demuestra que la mexicana es derivación de la española»

Este es un rumor sin fundamento histórico.  
En la devoción extremeña existe una antigua letanía jerónima que llama a la Virgen «Guadalupensis quádruplex refúgium» (cuádruple refugio): contra moros, contra pestes, contra herejías y contra tempestades.  
En México nunca se usó esa expresión. La Guadalupana mexicana es invocada como «la Perfecta Siempre Virgen María Madre de Dios», sin ninguna mención cuádruple. El rumor parece venir de una mala lectura de documentos del siglo XVIII y ha sido totalmente desmentido por los bolandistas y por el P. Fidel Chauvet O.F.M.

La Virgen de Guadalupe del Tepeyac no es réplica, no es copia, no es importación española.  
Es una imagen acheropita (no hecha por mano humana), revelada por la misma Madre de Dios en 1531, con nombre náhuatl profético, con iconografía apocalíptica y americana, y con misión propia: ser Madre y Evangelizadora de los pueblos de Anáhuac y, por extensión, de toda la América.

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